una bella dama
Cristóbal Colon podría descubrir un nuevo mundo simplemente paseando por las calles de la ciudad llevando una tortuga con una correa. En lugar de la tortuga empecé llevando una cámara fotográfica. Así imprevistamente el espacio al rededor mio se duplicó (pero el tempo lamentablemente se arredujo a la mitad). De día capturo la luz y de noche me llevo conmigo una pequeña cantitad de esa luz en forma de imágenes. En el silencio y en la oscuridad las formas emergen de la luz y finalmente se aglutinan en fotografías. Desde cuando comencé a tomar fotografías, el instante se convirtió en mi presa. La fotografía es una feroz celebración de la vida. La cámara es una bella dama que quiere ser amada, porque de ella puede surgir otra vida. Al mismo tiempo toma y crea. Cuando esto comenzó, cada vez que miro al mundo con sus ojos descubrí que un pequeño milagro sucedía todo los días frente a mis ojos.
